Imaginen una «jukebox» en la que siempre sonara la misma canción, una melodía fatigada, mecánica. Por más que haya muchas bandas para elegir, después de pulsar la tecla siempre suena esa canción letárgica, una y otra vez. Pues eso es Mariano Rajoy en las sesiones de control. No le importa el contenido de la pregunta que le hagan, la tecla que le pulsen, que él...
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