Sin el sostén de ERC y asfixiado por la presión del independentismo más impaciente, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, busca aire, y el PSC, al menos en apariencia, amaga con dárselo. Cuatro días después de la pseudoconsulta del 9-N, el presidente catalán mantuvo ayer una ronda de contactos con todos los partidos –a excepción de PP y Ciudadanos–, en...
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