La independencia del País Vasco pasaría factura directa en los hogares vascos. Supondría un empobrecimiento general: unos 15.000 euros menos por hogar y año, o lo que es lo mismo, unos 5.000 euros menos por ciudadano vasco. Un precio que repercutiría directamente en el bolsillo de los vascos. Fuera de la moneda común europea, y con una caída de sus exportaciones...
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