Los tres diputados catalanes dejaron ayer en la puerta del Congreso la agresividad y el antiespañolismo que habitualmente impregnan sus discursos en su comunidad de origen, donde no tienen que enfrentarse a la réplica del rival. En cambio, se esforzaron en desplegar su imagen más amable en su primera intervención a sabiendas de la expectación nacional e internacional...
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