Las encuestas se cocinan, o deberían cocinarse, si quieren ofrecer una estimación de voto seria y fiable. La comida cruda puede resultar indigesta, y con los resultados en bruto de un barómetro ocurre lo mismo. Dicho así, habrá quien se lleve las manos a la cabeza y pronuncie la palabra prohibida: «¡Manipulación!». Pero lo cierto es que si se trata de una encuesta...
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