El jueves pasado, alrededor de las nueve y media de la mañana, sonaron todas las alarmas en el «viejo» PSOE, ese que durante décadas han formado los «aparatos» orgánicos, acostumbrados a negociar en los congresos de madrugada las cuotas de poder en la ejecutiva. A esa hora, el secretario de Organización, Oscar López, anunciaba por sorpresa, durante un desayuno...
Suscribete para leer la noticia completa:

