Con la muerte de José María Ruiz-Mateos, sobre las diez de la mañana de ayer, desaparece una figura que encarnaba en un imposible equilibrio el éxito y la decadencia empresarial, una pintoresca exposición mediática y el papel como patriarca de la familia en la que delegó un imperio nunca exento de polémica, socavado por una cadena de procesos judiciales. Nacido...
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