La obligación de comparecer cada quince días ante el juez debe de suponer un oprobio solo relativo para alguien que, como José Luis Olivas, conoce en los últimos años una condena al ostracismo social que incluye la increpación pública y hasta alguna que otra agresión consumada. Ocurrió hace unos meses en el local de una cadena de restaurantes de Valencia, donde...
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