Lo normal es que los Estados y las empresas paguen a quienes les financian. Lo atípico es lo que estaba y en buena parte sigue sucediendo en los mercados: que sean los inversores los que paguen a los países, por ejemplo, por comprar su deuda soberana. Ahora bien, la corrección de esa situación está siendo muy brusca, exagerada por episodios macroeconómicos pero...
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