Cada vez se come más con el ojo que por la boca. Todo aquello que no tiene un tamaño adecuado y un color atractivo se desecha. Mucha de la fruta que hace unos 15 años se clasificaba por calibre —y en función del mismo, por precio—ha ido dando paso a una uniformidad en los estantes de los supermercados que desemboca directamente en que entre un 20 y un 30% de...
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