La espontaneidad era una de los rasgos más característicos de Emilio Botín y que traían más de cabeza a su equipo de comunicación, sobre todo en estos últimos años, desde el estallido de la crisis. Directo, decía lo que pensaba allí donde lo consideraba oportuno o donde le pedían una opinión, y su carácter optimista y su entusiasmo sobre la salida de la recesión...
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