El grupo alemán E.ON, uno de los gigantes energéticos de Europa, vende sus activos en España porque no ve claro el negocio, porque necesita reducir deuda y porque esos activos españoles ya no son valiosos ni estratégicos, porque están sometidos a demasiadas incertidumbres. El hecho es que se van. Y no emite buena señal. E.ON es un competidor eléctrico reciente...
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