Como los partidos de España han pasado a ser un bostezo y ya no hay fiesta de toques ni contra Luxemburgo, hay que buscar algún motivo para entretenerse y no caer en el sueño más profundo. En Las Gaunas, mítico estadio para aquella generación que creció pegada al transistor con las conexiones riojanas, en La Condomina de Murcia o en El Plantío de Burgos, se alimentó...
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