El mar de olivos plateados que cubre Jaén choca contra las paredes de Cazorla, oasis verde al sol. En el pueblo, los fotógrafos sudan en la meta a la espera de la Vuelta. Uno de ellos ofrece un brazo por un botellín de agua. Lleva la sed colgando del cuello. Le escucha un lugareño, con esas manos anchas de varear los olivos. Camisa abierta, pelo cano en el pecho....
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