Señaló al cielo, hacia su abuelo. Se acercó a la afición española en la grada, a quien entregó la raqueta. Se abrazó a sus entrenadores, a quienes dio las gracias. Se acordó de los seguidores españoles, a quienes brindó el oro. Suyo había sido el esfuerzo, el trabajo diario, las decepciones y los pequeños logros. Suyos los pasos de gigante hacia lo desconocido,...
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