Antes de irse al Oporto, estuvo solo porque así lo quiso. Nadie le acompañó porque así lo pidió. El enfrentamiento entre Casillas y el Real Madrid vivió ayer el último capítulo de un desencuentro más triste que las propias lágrimas del guardameta al marcharse de la casa donde se hizo futbolista durante veinticinco años.
Las difíciles negociaciones de los últimos...
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