El puño cerrado no era de felicidad. La expresión de júbilo no era de alegría. Los brazos levantados al cielo no eran euforia. Eran confirmación. Rafa Nadal se encuentra cada vez mejor y así lo expresó en la pista central de Montecarlo tras dar un pasito más hacia el Rafa Nadal que a él le gusta. Venció a David Ferrer (6-4, 5-7 y 6-2), superó su ansiedad y apunta...
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