«¡A las mariscadas!» es el grito contrarrevolucionario del español desde que se descubrió la magia igualitarista del marisco. De las barricadas comunistas a las mariscadas burguesas solo había un paso, el sponsor, que para los comunistas suele ser el Estado, como en el caso del camarada Torrijos, y para los burgueses, el jefe, como en el caso de Ancelotti, que...
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