La afición madridista puede silbar un cambio acertado, el de Isco, como subrayó Marcelino («si no entra Illarra a defender, les ganamos»), pero lo que nadie puede discutir son los números. El análisis que Ancelotti y su cuerpo técnico han realizado tras el empate del Villarreal destaca un problema real: el líder ahora ya no es matador. No aniquila al adversario...
Suscribete para leer la noticia completa: