Casillas vuelve a ser profeta en su tierra. En su casa. En su estadio. Ancelotti ha definido perfectamente la situación ambiental del capitán: «Íker convierte al final los pitos en aplausos». Silbado hace dos semanas frente al Deportivo por su actuación en el Calderón, el guardameta se ganó los aplausos del público con tres excelentes paradas. No pudo hacer nada...
Suscribete para leer la noticia completa: