El Villamarín se vistió ayer de fiesta. Era el primer partido de la segunda vuelta. Al fin con el equipo en puestos de ascenso y ante un rival que llegaba con la mitad de puntos y como víctima propiciatoria. Nada falló. A la media hora ya iba el encuentro 2-0 y la fiesta se trasladó a las gradas. Contra diez y con ventaja, la afición disfrutó con cánticos y hasta...
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