A su llegada a Vigo, la selección compensó al centenar de personas que hacían guardia en el aeropuerto de Peinador. El clásico griterío adolescente a la llegada de los héroes, histeria desatada por la exclusividad del momento. Los cánticos se los suelen llevar siempre los mismos, pero esta España saluda a una nueva figura de la que se intuía algo similar, una...
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