Había avisado que los 35 años solo los reflejaba su carné de conducir. No su cabeza, ni sus piernas, ni mucho menos su pilotaje: ocho podios –cuatro segundos y cuatro terceros puestos– en doce carreras. Números para una resurrección que ha confirmado en Misano, en casa, ante los suyos. Una victoria reivindicativa para un campeón infinito. Valentino Rossi.
San...
Suscribete para leer la noticia completa: