Primera ley del boxeo, del ciclismo, de la vida: nunca bajes la guardia. Cuando Nairo Quintana dobló la cima del Moncayo, a 21 segundos de Contador, se irguió sobre su bicicleta agachada de contrarreloj. Soltó la mano derecha para ajustarse la zapatilla. La primera curva del descenso se le echó encima. Pegaba el viento contra la vela de la rueda lenticular, tan...
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