Con Rory McIlroy empieza a suceder como con Tiger Woods en sus buenos tiempos: que se acaban los adjetivos. Desde que decidió romper su compromiso de boda con Caroline Wozniacki en pasado mes de mayo no ha hecho sino venirse arriba y ponerse a un nivel de juego sobrehumano. El cambio de ánimo ya le sirvió para ganar el BMW Championship en Wentworth y, semanas...
Suscribete para leer la noticia completa: