Las chicas son guerreras. Lo decía la canción de Coz a principio de los 80 y el deporte español de hoy se lo toma al pie de la letra. El triunfo de la selección de waterpolo femenino en el Europeo de Budapest no es sino la última muesca de un revólver con muchas balas. Algunas gastadas con éxito; otras, aún en la recámara esperando el momento adecuado para romper...
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