En la presentación de James las gradas se llenaron de banderas colombianas, el embajador extendió un vínculo afectivo con el club y las camisetas se vendieron instantáneamente, alcanzando la ideal aspiración del marketing: apropiarse simbólicamente del ídolo vistiendo su camiseta. Con James, las bondades del modelo de gestión que Florentino impuso en el año 2000...
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