La FIFA se empeña en mantener la final de consolación por aquello de los ingresos televisivos, la venta de entradas y la publicidad y ser fiel a la tradición olímpica de la medalla de bronce, pero el fútbol es otra historia y los perdedores siempre reniegan de este partido que es como un castigo añadido a la derrota en penúltima ronda.
Para la deprimida Brasil,...
Suscribete para leer la noticia completa: