Era un día señalado en el Palacio. Un día complicado. Triste. Después de la derrota ante el Maccabi en la final de la Euroliga, tenía que ser el día para levantar el ánimo. Para ver si los aficionados seguían apostando por la idea de baloncesto con la que llevan disfrutando tres años. Pero también podía ser el día del cambio motivado por el traspié de Milán....
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