La confianza tardó en llegar un set. Como ante Mikhail Youzhny, como en todo este torneo de Roma en el que Rafa Nadal se ha encontrado luchando contra sus propios fantasmas. No fue la excepción el difícil examen de los cuartos de final: Andy Murray. Pero, como en las rondas anteriores, el balear recompuso las piezas para encontrar su mejor engranaje y hacerse...
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