Agosto de 2008. Wisla de Cracovia y Numancia, dos rivales consecutivos a los que el Barcelona no consiguió batir. Los azulgrana, entrenados entonces por un melón por abrir llamado Pep Guardiola, jugaron de visitante y perdieron por idéntico resultado: 1-0. Se sucedieron las críticas y se acentuaron las dudas respecto al nuevo inquilino del banquillo, pero el...
Suscribete para leer la noticia completa: