Fueron 40 minutos de lucha en los que el Valencia siempre fue por detrás. Cuatro cuartos que se decidieron en un suspiro, el último. Una jugada desafortunada de San Emeterio, que hizo falta a Rafa Martínez con el marcador igualado y apenas cuatro décimas por jugarse. Un suicidio. Anotó el primero el alero internacional y lanzó el segundo a fallar para certificar...
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