Ha entrado la Fórmula 1 en un periodo anodino, anestesiada por la implacable hegemonía de Sebastian Vettel y Red Bull. Compiten fuera de concurso, sin oposición, en otro hemisferio. Han establecido una sociedad dura como el diamante. No hay grietas, no hay remedio para los demás. El curso toca a su fin ahora que asoman por el horizonte de octubre y noviembre...
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