Hubo un tiempo en que Valencia estuvo de espaldas al mar Mediterráneo. Una ciudad con una fachada marítima oscura, que no iba más allá de lo puramente comercial. Puerto importante en estos menesteres, pero que a todas luces tenía grandes posibilidades deportivas, turísticas, económicas.
La elección de Valencia para ser sede de la XXXII Copa América de vela en...
Suscribete para leer la noticia completa:

