Los futbolistas tahitianos, la selección 138 del planeta, lloraron de emoción al escuchar su himno en el estadio Mineirao de Belo Horizonte. Disputaban su primera competición de rango mundial. Nunca han jugado en un estadio con mucho público. De hecho, su seleccionador, Etaeta, les ponía altavoces en los entrenamientos para que se acostumbraran al ruido de las...
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