Con U2 ya se sabe que, ande o no ande, la cosa será grande o no será. De hecho, desde que los irlandeses se instalaron en la cima del rock de estadios y transformaron cada uno de sus trabajos en excusas para intentar tocar el cielo desde recintos cada vez abultados, sus conciertos solo admiten dos medidas posibles: la XL de toda la vida o una XXL, supersize me...
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