La guerra por el negocio de la música, por su presente y futuro, que se llama «streaming», se recrudece. «Ya estamos todos. Y con las cartas echadas», se podría decir. Si el formato físico pervivirá por muchos años debido a los nostálgicos, aunque cada vez más residualmente, la tendencia de la reproducción online va imponiéndose. Y es que su comodidad y accesibilidad...
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