A comienzos del siglo XIX, la viruela afectaba al 60 por ciento de la población. Era con diferencia la enfermedad más devastadora de la época, mucho más que el cáncer en nuestros días. Nadie estaba exento de padecerla: nobles, campesinos, la Familia Real... Cualquiera podía caer sin previo aviso en las fauces de esta dolencia ingobernable. El mismo Rey Carlos...
Suscribete para leer la noticia completa: