El festival programó la última película de Disney-Pixar, tal vez con la única intención de entretener al personal (tras la primera semana, se empiezan a notar las arrugas producidas por el tono seco y doloroso del cine festivalero), pero el efecto fue mucho más allá de la distracción y produjo algo parecido a una mágica explosión de júbilo y uno de los mayores...
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