Gracias a los libros del historiador británico Raymond Carr el espejo invertido del romanticismo, con sus arcaicas e inmovilistas visiones de España, quedó atrás. En la Europa de mediados del siglo XX, el dogma dictaba que aquella nación meridional donde, como dijo Montesquieu, «las pasiones multiplican los delitos», se hallaba arrumbada en el desván de la historia....
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