Era una deuda que tenía pendiente. Ana Botella había prometido a las monjas de clausura de Las Trinitarias, donde reposan los restos de Cervantes, que el mismo día en que se hicieran públicas las conclusiones del equipo investigador iría ella en persona a comunicárselas. Y dicho y hecho. A primera hora de la tarde la alcaldesa de Madrid cruzaba los muros del...
Suscribete para leer la noticia completa:

