Davide Livermore es un torbellino. Gesticula, enfatiza cada frase y saluda a todas las personas que le rodean mirándolas directamente a los ojos. El regista turinés ha asumido la dirección artística del Palau de les Arts con naturalidad y sin sombra de duda. Las delicadas circunstancias que han rodeado el cese de Helga Schmidt –precipitado por una imputación...
Suscribete para leer la noticia completa: