El titánico pintor flamenco Pedro Pablo Rubens (1577-1640), trescientos años anterior a Picasso, puede parecer un tatarabuelo tan perfecto que constituye ya casi un sobreentendido. Incluso es fácil querer orillarlo desde la tontuna modernita: su barroquismo inflado, cierta falta de verdad en su manierismo, una perfección tan celebrada que ha devenido en lugar...
Suscribete para leer la noticia completa: