Tanto se esforzó el Teatro Real tiempo atrás en explicar el carácter político del espectáculo escénico, los mecanismos de su poder revulsivo, que todavía hoy asoma cierta mala conciencia al contemplar el inmediato encanto de «Hansel y Gretel». Por supuesto, los cuentos son pábulo para el análisis profundo, capaz de entresacar conciencias atormentadas, deseos...
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