«No se puede describir con palabras la decoración del sarcófago de Tutankamón, del cual apenas alcanzábamos a ver una parte. Unos ojos secretos y penetrantes que lo miraban a uno, y en la parte superior de la caja mortuoria, una serpiente se retorcía entre sus propios anillos». Así contaba Maynard Owen Williams, en 1922, el momento exacto en el que se produjo...
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