Acostumbrado como está a encerrarse en ranchos de California a revisar los engranajes y las tramas de algunas de las series de más éxito —un contrato de casi un centenar de páginas le impide desvelar cuáles—, se diría que J. L. Rod, analista de guiones madrileño que, por motivos obvios y contractuales, se presenta con psuedónimo, está curado de espantos. Pero...
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