Cinco años después, Joaquín Sorolla regresa por la puerta grande a Madrid. Si en 2009 el Prado le dedicaba una antológica irrepetible, en la que se codeaba de tú a tú con los grandes maestros –y aguantó el tipo–, ahora es la Fundación Mapfre la que exhibe su producción norteamericana, que fue muy fecunda y apenas se ha visto en España. La historia de amor entre...
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