Acaba de cumplir noventa años, pero ni siquiera lo ha celebrado. ¿Para qué molestarse pudiendo esperar a los 100, cifra redonda donde las haya, y subir una vez más al escenario convertido en una centenaria leyenda de la chanson? Esa, por lo menos, es la idea. Seguir trabajando sin descanso y retirarse con 120 años. Cualquier cosa con tal de no parar quieto...
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