Fiel a sus costumbres, Woody Allen no acudió a la gala de los Globos de Oro para recibir el premio honorífico Cecil B. DeMille, tributo a sus más de cuatro décadas de infatigable dedicación al cine, como director, actor y guionista. A nadie le sorprendió su ausencia.
Tampoco que el galardón lo aceptara, en su nombre, Diane Keaton, una de sus musas y actriz recurrente...
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