Cuenta Gabriel Albiac que descubrió a Baruch de Espinosa a los 17 años y que le dejó estupefacto. La lectura de su «Ética demostrada según el orden geométrico» hizo algo más que deslumbrar su inteligencia, le intrigó de un modo que, sin saberlo, cambiaría su vida, según confesó ayer en la presentación de «La sinagoga vacía», en la Casa de ABC, acto en el que...
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